viernes, 19 de agosto de 2011

Espectros del delirio: Síndromes de falsa identificación delirante

Introducción a la serie
Se denomina Síndromes psicológicos infrecuentes a padecimientos cuya incidencia es de 0.001%, esto es, afectan a una de cada cien mil personas, encontrándose muy distantes de las estadísticas de trastornos como la depresión, que agrupa en su regimiento al 15% de la población, esto es, 15 personas de cada 100 están deprimidas.
         La palabra delirio proviene del latín delirare que significa salirse del surco, por tanto el delirante es quien se sale del surco. El famoso manual psiquiátrico de Kaplan, define la idea delirante como Creencia falsa que se basa en una deducción incorrecta relativa a la realidad exterior, que se sostienen firmemente a pesar de las pruebas o la evidencia contradictoria objetiva y manifiesta, y a pesar de que otros miembros del entorno cultural no comparten la creencia.  Acotar lo que es un delirio resulta sumamente complicado, si partiéramos de una visión estrictamente científica, todas las creencias religiosas estarían dentro del campo de las ideas delirantes. Por esto,  el consenso es uno de los criterios más utilizados para determinar si una idea es delirante o no. Si en Occidente alguien afirma: “Creo en Dios, vive en el cielo y le habla a los humanos de maneras insospechadas”, compartirá su idea con un alto porcentaje de la población. Pero si dice: “Creo en Dios, vive en mi BlackBerry y me manda mensajes”, entonces será considerado un alienado, alguien que no se encuentra parado en la línea de la cordura, que se ha salido del surco, un delirante, que en lugar de ingerir una porción de harina consagrada recibirá unos comprimidos oblongos, ranurados, de color blanco y hechos con la substancia activa risperidona.
Los delirios pueden ser entendidos, en el campo psi, desde tres grandes perspectivas: cognitivo-conductual, psicoanalítica y médico-psiquiátrica. ¿Cuál es el modelo más adecuado? Personalmente creo que el enfoque que elige un especialista no depende tanto de la pertinencia del modelo sino de la personalidad y creencias del especialista, que lo hacen preferir una perspectiva por encima de las otras.


Síndromes de falsa identificación delirante
       Una mujer de 53 años ingresa al consultorio del psiquiatra francés Jean Marie Joseph Capgras, corre el año de 1923, la dama se autodenomina Madame de Río-Branco y tiene una fuerte convicción: sus familiares y otras personas allegadas a ella, tienen las misma apariencia de siempre pero ella sabe que han sido suplantados por sosies, quienes le han robado una fortuna, la cual en realidad nunca existió. El término sosies, emana de una narración de la mitología griega, en la cual Zeus toma la forma de Anfitrión, el rey de Tirinto, y su sirviente toma la forma del siervo de Anfitrión, Sosias. Las metamorfosis fueron motivadas por el deseo de Zeus de tener relaciones sexuales con Alcmena, la esposa de Anfitrión.  
        Madame Río-Branco se casó en 1898, teniendo 29 años. Su primer hijo murió a los pocos meses de nacer, posteriormente  dio a luz a unas gemelas y una de ellas murió a una edad muy temprana. Luego tuvo unos gemelos que también murieron. Para Madame, un hijo fue muerto por envenenamiento, los demás fueron secuestrados
Afirma que su hija (la única sobreviviente) y su esposo, han sido sustituidos por dobles. Asegura que su “auténtico” marido nunca hubiera permitido que la ingresaran en un hospital psiquiátrico. Lo han asesinado y lo han sustituido con ochenta dobles. Agrega que durante el periodo de la primera guerra mundial, unas dos mil jóvenes actuaron como sustitutas de su hija.
Quien secuestra y sustituye a las personas es una “sociedad” a la cual ha denunciado ante las autoridades de París. Es un grupo que mantiene en cautiverio bajo el suelo de París, a miles de personas “auténticas” las cuales han sido sustituidas por sosies.
Fascinado por el caso, el Dr. Capgras lo publicó, junto con Jean Reboul-Lachaux, en el Bulletin de la Societé Clinique et Médicine Mentale, denominando el padecimiento como “Ilusión de sosias”. Un año después, Capgras, ahora con su discípulo Carette, describió el caso de otra mujer con síntomas similares. En 1924, Depovy y Montassut, bautizaron al conjunto de signos y síntomas característicos de estos casos como Síndrome de Capgras, el cual es una de las cuatro variantes del Síndrome de falsa identificación delirante.
El Síndrome de Capgras se caracteriza  por la idea delirante de que alguien, habitualmente un pariente cercano o un amigo, ha sido sustituido por un doble para hacerle daño al delirante. Para hacer el diagnóstico, es importante descartar que no existe compromiso de conciencia o demencia severa, pues en estas condiciones los errores de reconocimiento son frecuentes y variables. Existe un intenso debate alrededor de si se debe considerar estas características como un síndrome o solamente como síntomas de un padecimiento mayor como: esquizofrenia, déficit de vitamina B12, hipertiroidismo, diabetes mellitus, intoxicaciones, traumatismos cráneo-encefálicos, accidentes vasculares, entre otros.
Desde la perspectiva médico-psiquiátrica-neurológica hay propuestas explicativas de la etiología (origen) del Síndrome de Capgras, sin embargo, dichas propuestas abarcan a todos los Síndromes de falsa identificación delirante, por tanto, reservaré dichos datos para el final del texto.
Con los lentes psicoanalíticos puestos, haré un brevísimo comentario que debe tomarse con reserva, pues solamente tiene como fin facilitar la comprensión. En general, la psicosis es considerada por el psicoanálisis como un conflicto de interacción entre la subjetividad y la realidad, donde por la fragilidad en la integración psíquica el sujeto fragmenta la representación de sí mismo, despersonalizándose. Los delirios y las alucinaciones acompañan al psicótico, para Freud son los últimos recursos con los que cuenta la persona para conservar cierta cohesión, son como una especie de prótesis psíquicas. En la psicosis, el incipiente yo, recurre a mecanismos de protección muy básicos, que son la escisión y la proyección,  esto es, frente al conflicto se divide subjetivamente (escisión) y lanza hacia fuera los contenidos amenazantes (proyección), depositándolos casi siempre en otra persona. Esto origina las ideas delirantes de persecución, pues la persona tiene la convicción que el sujeto de su proyección personifica sus elementos conflictivos.
Retomando el caso de Madame Río-Branco, se explicarían sus delirios como producto de su ambivalencia subjetiva. Al no poder elaborar el duelo por sus hijos muertos, sistematiza un delirio para convivir con su ausencia: no están muertos, sólo secuestrados. La imposibilidad de enfrentar la ambivalencia de sentimientos hacia su esposo y su hija, la llevan a fragmentarlos, a la hija en dos mil representaciones, al esposo en ochenta. De esta manera puede conservar en su interior las representaciones positivas de sus seres amados, sin las cuales, probablemente caería en una angustia aniquilante.
Cabe señalar que todavía a finales del siglo XIX y principios del XX, eran muy frecuentes las muertes infantiles, por lo mismo, la pérdida de los hijos  infantes se minimizaba, no permitiéndole a muchas mujeres expresar el profundo dolor que sentían por el deceso de sus pequeñas y pequeños.
Una mujer de 27 años, quien nació junto con el siglo veinte, asegura que hay personas de su entorno las cuales encarnan a otras que ya conoce. Cree que la persiguen para asediarla y atormentarla. Considera que dichas personas pueden realizar todo tipo de transformaciones y ordenar a otras personas que se transformen.
Manifiesta un comportamiento burdo y tiene problemas en la piel que le hacen ver mayor. Es hija de un obrero, ella ha trabajado en el servicio de limpieza de grandes casas, en una cafetería, en una fábrica, en un restaurante; pero no logra conservar un empleo más de unos cuantos meses. Aunque no presenta signos y síntomas de amnesia o desorientación, ha llegado a dormir  en albergues de caridad. Afirma tener un gusto especial por los temas espirituales y elevados y por el teatro, al grado de ahorrarse comidas para pagar su entrada. Le molesta la vulgaridad en la gente, considera a los hombres como dominados por sus apetitos, lo cual los coloca en una categoría inferior a las mujeres. No comprende porque es la única persona de su familia que no se ha casado si es la más sofisticada del grupo.
Tiene delirios de persecución donde sus principales perseguidoras son las actrices Robine y Sarah Benhardt (la actriz francesa más famosa de todos los tiempos). Ellas la persiguen desde mucho años atrás, adoptando la apariencia de gente que ella conoce, interfieren su pensamiento con amenazas, la obligan a detener algunos actos y la obligan a ejecutar otros contra su voluntad, como masturbarse.
La mujer del relato fue la primera persona  diagnosticada con el Síndrome de Frégoli, entidad nosológica que toma su nombre de Leopoldo Frégoli, el mayor transformista de la historia, quien empezó su carrera en 1890. El actor dejó grabadas películas donde se le ve cambiar de vestuario hasta veinte veces en dos minutos (conózcanlo y practiquen su italiano en: http://www.youtube.com/watch?v=N1YQR6yh3AU&feature=BFa&list=PLC152D4CF744A49CE&index=9).
Fueron los psiquiatras Courbon y Fail, quienes tomaron el apellido del transformista para denominar en 1927 el síndrome que les hizo pasar a la historia. La principal característica de este síndrome, es la creencia que tiene la persona delirante de que alguien le persigue ahí donde vaya, el perseguidor puede cambiar su apariencia voluntad prefiriendo adquirir la imagen de familiares o amigos.
En el caso de la joven, la cual nunca develó su nombre, era la gran actriz Sarah Bernhardt quien la perseguía, en uno de tantos eventos la estrella se le   presentó transformada en enfermera en un hospital  y se introdujo en su cuerpo obligándola a masturbarse. Robine Bernhardt nunca existió, el origen de este nombre se encuentra en la historia de la misma actriz, cuyo nombre de pila era Rosine Bernhardt. La elección de perseguidores famosos como foco de un delirio, es frecuente en las personas psicóticas. Esto se explica de la siguiente manera. Como referí anteriormente, los mecanismos que anteceden a la creación de los delirios paranoicos, son los de escisión y proyección. En el caso del  Síndrome de Frégoli, se repite el tipo de vínculo establecido con las personas allegadas, todo parte de una idealización de las figuras de amor, las cuales al frustrar y provocar sentimientos agresivos en el delirante estos los proyectan en otras personas. Sarah Bernhardt fue primeramente idealizada por la joven, una vez colocada en ese lugar se dieron las condiciones necesarias para convertirla en rastreadora. Es por esto que a mis estudiantes de Psicología suelo decirles “cuídense de las idealizaciones”, pues quien te idealiza está viendo una más allá de ti mismo y cuando te des-idealiza, la caída al más acá suele ser muy intensa, su frustración narcisista se acompaña de fuertes  sentimientos destructivos. En el caso de la psicosis esa frustración se sintomatiza como delirio.
En 1932, el mismo Courbon, pero en esa ocasión en coautoría con Tusques, publicó un trabajo describiendo el Síndrome de intermetamorfosis, que consiste en la convicción delirante de que personas cercanas modifican su aspecto a voluntad intercambiándose por otros. Regularmente el intercambio es entre las mismas personas, así A pasa a ser B, B pasa a ser C y así sucesivamente. Otra manera de expresarlo sería que la Madre se intercambia con la Hermana, la Hermana con el Padre, el Padre con el Abuelo, etc.
El último de los Síndromes de falsa identificación delirante, es el Síndrome de los dobles subjetivos, el cual fue categorizado por el psiquiatra George N. Christodoulou. Este síndrome se caracteriza por la convicción de la persona delirante de que otros se están transformando físicamente en ella. En la literatura, el cine, el teatro, la televisión, las historietas (manga) y la música; se le conoce como el Fenómeno Doppelgänger, es un vocablo alemán utilizado para definir al doble fantasma de una persona viva, proviene de doppel, que significa doble, y gänger, que se traduce como andante. La palabra fue acuñada por Jean Paul, no el autor de estas líneas, sino el escritor alemán de la transición del siglo XVIII al XIX. El término se utiliza para denominar a cualquier doble de una persona. Para ilustrar este fenómeno, contamos con una genial serie de televisión creada por David Lynch y Mark Frost, llamada  Twin Peaks. Sobre el mismo tema, recientemente pudimos ser espectadores privilegiados en las salas cinematográficas de la obra mayor de Aronofsky:  Cisne Negro. Los ejemplos de este fenómeno son numerosos, les recomiendo revisar un amplio listado en la entrada de Wikipedia de este concepto: http://es.wikipedia.org/wiki/Doppelg%C3%A4nger
      Los avances en las tecnologías biomédicas han permitido hacer diagnósticos neurológicos más finos. Actualmente contamos con estudios como la resonancia magnética, la tomografía con emisión de positrones o la tomografía computarizada con emisión de fotón único. Estos recursos para el diagnóstico, han permitido detectar lesiones cerebrales  en dos tercios de los pacientes con signos y síntomas de Síndromes de falsa identificación delirante. Se localizan principalmente en el hemisferio derecho, especializado en la integración de la información procedente de los sentidos. Al parecer, el origen del padecimiento es una interrupción en la integración de información entre la corteza parietotemporal derecha (El cerebro está dividido en cuatro lóbulos: frontal, temporal, parietal y occipital. El lóbulo temporal se ubica detrás de la llamada sien y el parietal se encuentra por arriba de este extendiéndose hasta la mitad superior de la cabeza), el sistema límbico (especializado en el procesamiento de emociones) y algunos ganglios basales. Esta alteración explicaría la falsa identificación, el delirio tendría su causa en un trastorno de la vía dopaminérgica, o lo que es lo mismo, una afectación en la transmisión de un químico cerebral llamado dopamina. Suele ser un trastorno crónico, esto es, tiende a empeorar.
      Estos síndromes todavía constituyen un misterio para las “ciencias neuro-psi”, pero más allá de la teoría que cada persona juzgue más pertinente para explicarlos, se debe considerar el sufrimiento de las personas aquejadas por estos delirios, que los mantienen atrapadas permanentemente en un cautiverio psíquico. Se han registrado casos de asesinatos asociados a estos padecimientos, motivados por la intensa angustia asociada a las falsas identificaciones.
En la siguiente entrega de la serie Espectros del delirio, revisaré los siguientes Síndromes psicológicos infrecuentes:
-       Síndrome de Cotard: Presencia de delirios nihilistas en los cuales  la persona piensa que se encuentra muerta o que el mundo no existe.
-       Síndrome de Münchausen: Fingir enfermedades para recibir atención médica. También es una forma de maltrato infantil, madres y padres que inventan o provocan enfermedades en sus hijos para finalmente recibir ellos la atención de los médicos.
  


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