martes, 14 de mayo de 2013

Primos y Primas


Porteadores de fábulas, magos nocturnos, campistas de jardín, héroes de pastorela, ludófilos, histriónicos, nostálgicos quijotes, adolescentes errabundos, cómplices de risas y llantos, antagonistas, espejos… amistad, amistad sin fin. Emparentados arbitrariamente por la genealogía, nos unimos atraídos por los lazos más profundos, por convicción. Con mis primos, he acumulado una historia común tan abundante que desborda los límites de la memoria. Aún con la geografía familiar transmutándose, conservo la sensación de haber crecido en una comuna, con su peculiar diversidad. A mis primos se sumaron los primos de mis vecinos de la niñez y adolescencia, que constituían otro gran clan, varios de ellos se cuentan entre mis actuales amigos más queridos.
La importante presencia de la figura de “primo” en mi vida, me llevó a sospechar de la parcialidad de los abordajes psicoanalíticos cuando realicé mis estudios de posgrado, los cuales suelen concentrarse en historias de padres e hijos, teniendo como segundo lugar de importancia a los abuelos, luego a los hermanos, dejando a los primos como a la muñeca fea de Cri-Cri, escondidos entre los rincones, salvo que hayan cometido actos infames en la vida de un paciente. Con la finalidad de confrontar cualquier fragmentación de mi criterio, hice una búsqueda en Amazon, tanto en referencias en castellano, como en inglés. Particularmente en esta última lengua, hay numerosos libros literarios que abordan la temática de los primos, pero ninguno de psicoanálisis, al menos que haga explícito el tema en su título. En castellano, lo más cercano a un texto psicológico que encontré fue Amor entre primos: Un amor incomprendido de Ariel Sierra Casanova, el cual aborda el amor romántico entre primos desde las perspectivas de la religión, la ciencia, las leyes y la historia. Sólo consulté el índice, lo cual me permitió descubrir que el libro también aporta consejos para vivir plenamente este amor. Considerando que  el autor lleva entre sus apellidos el del legendario seductor italiano, quizá cumplió el imperativo de aquel dicho popular mexicano: a la prima se le arrima.
Pero no adelantemos juicios hacia nuestro interlocutor invisible. Al continuar la búsqueda, logré encontrar algunas referencias en el libro clásico de Amor, culpa y reparación de la psicoanalista Melanie Klein, cuya genialidad clínica no dejó escapar la figura de los primos. Recupero tres fragmentos:


·       Muy a menudo, a medida que se produce el desarrollo del niño, una hermana o una PRIMA ocupan el lugar de la madre en sus fantasías sexuales y en su amor.

·       Pero quizá su temprano amor hacia su padre haya sufrido serias alteraciones. Tal vez se haya alejado de él muy pronto debido a fuertes conflictos o graves decepciones [en referencia a la niña]. En este caso, un hermano, un PRIMO o un compañero de juegos puede haber asumido gran importancia, tomándose en el receptáculo de sus deseos y fantasías sexuales, así como de sus sentimientos maternales. Buscará entonces un amante o un marido que configure la imagen de ese hermano, de preferencia el que tenga cualidades de tipo paterno. En una relación de amor feliz el inconsciente de la pareja se corresponde.

·       Por esta razón las relaciones con los PRIMOS, compañeros de juego y otros niños más alejados de la situación familiar permiten nuevas alternativas a la relación fraterna, variaciones éstas que son de gran importancia como fundamento de los futuros vínculos sociales.


También localicé una página donde personas dan su testimonio sobre sueños co-protagonizados con primas y primos, en casi todos aparece una referencia sexual o romántica. Esto me llevó a la conclusión de que una de las fantasías incestuosas más recurrentes es con las primas o los primos. Quizá su cercanía distante permita que estos contenidos no sean tan conflictivos y Eros circule con mayor tranquilidad. Esto parece dar la razón a las inquietudes de Ariel Sierra, hay un numeroso público para su libro, primas y primos alrededor del mundo a quienes se les han impuesto las estructuras del parentesco como una muralla, quebrantando sus aspiraciones amorosas. Adentrados en el tema, no puedo dejar de mencionar las fantasías narcisistas implicadas en la intención de reproducir lo similar, esto es, si prima y primo formalizan una relación y llegan a tener hijos, estos nacerían de la misma cimiente, por tanto, representarían la continuidad de la familia sin partículas contaminantes de otras genealogías. Sólo se corre el riesgo enunciado por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad de que los críos de parientes cercanos nazcan con cola de cochino. Y eso si esta gacho, retomando otro mexicanismo (si un experto en genética lee este escrito y considera mi referencia una aberración, un desplante de realismo mágico, debo aclarar que coincido con él).  
Pero allende los horizontes del ensueño incestuoso, se encuentra la última de las citas de Melanie Klein, donde plantea los lazos con los primos como alternativas de relación fraterna y fundamento de los vínculos sociales. Compartir parentesco crea afinidades impensables en otros contextos, es una relación que parte de códigos ya establecidos que se van matizando con la convivencia. Pero, la influencia de la otra rama familiar y el no tener a los mismos padres y hogar, crea diferencias que les hacen extraños íntimos. Quien ha crecido con primas y primos, sabe que la relación puede alcanzar niveles de hermandad, pero se acompaña siempre con la evidencia de que existen aspectos que les distinguen de los hermanos, pues los primos pueden tener condiciones espaciales, sociales, económicas, geográficas o afectivas que no se comparten y que siempre se ciernen como amenazas al vínculo, pues al paso del tiempo estas diferencias se van consolidando y constituyen escenarios de oportunidad diversos. Probablemente el tránsito de adolescencia a juventud sea el más crítico en las relaciones entre primos, pues en esta etapa las amigas y los amigos representan un papel protagónico, modificando el mapa de los afectos y los intereses. La envidia suele ser el mayor peligro para la cohesión del vínculo entre primos, el saber que una misma familia fue el punto de origen y que fueron variables las que crearon la diversificación de condiciones, puede llevar a fantasías sobre una inequitativa repartición de genes o un sentimiento de mala suerte por haber nacido del padre o la madre que limitó el rango de oportunidades. Por esto las convivencia temprana con los primos es una especie de propedéutico social, donde se manifiestan las cimientes de lo que será el estilo social y relacional adulto. Los primos son viento que orienta nuestra nave existencial, por eso, la cantidad y calidad de primos que tenemos, definen necesariamente el rumbo y las peripecias de nuestra biografía.  

domingo, 5 de mayo de 2013

In Memoriam Beto Barajas


“When I was a child,
I caught a fleeting glimpse,
Out of the corner of my eye,
I turned to look but it was gone…”

Con la memoria asfixiada,
inicio la liturgia que me obsequiaste:
beber un trago envuelto en las notas de Pink Floyd.
“No necesitas nada más”, me decías,
mientras cerrabas los ojos en un breve éxtasis.

Tropiezo con mi corazón fracturado,
recojo los fragmentos,
cada uno marcado con el signo de tu ausencia.
Recorro la colección de nuestros pequeños momentos,
encuentro un tapiz de sonrisas,
tu permanencia cuando todos se alejaron,
el abrazo confortable en medio de la tempestad.

Asimétricos a primera vista,
nos entrelazaba un denso rizoma,
alimentado por una misma fuente,
la cuna de amor que nos meció a los dos.
Contigo se va algo de mi mismo,
la medida del dolor serán los instantes sin ti,
las noches en que te imagine brindando
en el lado oscuro de la luna.