martes, 10 de diciembre de 2013

Lo Porno tronó más fuerte que el Boom en la FIL 2013: Mario Vargas Llosa vs. Sasha Grey


Es un hecho, estamos en un cambio de época, la humanidad se reinventa, con la muerte de los grandes líderes de la segunda mitad del siglo XX, entre los que se encontraba Nelson Mandela, se cierra un capítulo histórico para dar lugar a lo que podría ser un pico hipercapitalista previo a la caída del sistema. Es probable que ingresemos a una era tecnocomunicocrática, esto es, la tecnología como base material del sistema y la comunicación como su fuerza ideológica, ya no será tan importante el contenido, sino la forma de la comunicación y los mensajes más valiosos serán aquellos capaces de multiplicarse en otros mensajes. La gente lee, se informa, juega, en fin, consume, con la profunda motivación a poderse comunicar más, a poder publicar en las redes sociales sus actos, sus dichos, sus ideas y sus consumos, a contar con el discurso más popular y sobre todo, el más “original”. Se cae el axioma de Marshall McLuhan: “El medio es el mensaje”, ahora “El mensaje es el medio”, el medio para… todo lo posible.
Es en este sentido que entiendo el eclipse que creó Sasha Grey sobre Mario Vargas Llosa, uno de los héroes literarios del llamado Boom Latinoamericano, y muchas otras escritoras y muchos otros escritores, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2013. Sasha Grey, nacida Marina Ann Hantzis en Sacramento California en 1988, migra en 2006 a Los Ángeles para integrarse a la industria del Cine Porno, desempeñándose exitosamente durante cinco años, lo cual le valió catorce premios AVN y XRCO, que son los oscares de la cinematografía porno y ofrecen premios por categorías como “A la mejor escena de sexo oral”.  En su tránsito por esta industria Sasha comenzó a calificarse como “estrella existencial”, una especie de Simone de Beauvoir del universo porno. En el año 2011 decide abandonar la actuación porno, intenta abrir su propia productora y fracasa, así que inicia una carrera en la música, como DJ y en el modelaje. En ese mismo año la organización Reading Across America, la invita a leer en un salón de niños de primer grado de una escuela de Los Ángeles, varios padres protestaron, seguramente muchos habían sido espectadores de sus audacias sexuales y les inquietaba que se encontrara tan cerca de sus vidas, pues uno de los grandes encantos del mundo porno, es que está “afuera”, atrás de la pantalla, donde queda marginado de las buenas costumbres hogareñas. Lo cierto es que según el Dr. Ogi Ogas (así se llama, no es broma, ni albur), entrevistado por la BBC en julio de 2013, el 14% de las búsquedas en internet y el 4% de los sitios, están asociados a la pornografía. Cada año se crean 51 millones de páginas web, a finales de 2012 había 634 millones, si le sumamos los 51 millones de 2013, tenemos 685 millones de páginas, si calculamos el 4%, resulta que hay aproximadamente 27, 400, 000 de páginas web dedicadas a la pornografía.
La experiencia de Sasha Grey como lectora en escuelas, le mostró una de las varias vertientes de su vocación, la de ser escritora. Impulsada por el éxito de aquella trilogía erótica escrita por E.L. James, Cincuenta sombras de Grey, que parecía tener dedicatoria a su vida, Grey descubre que las personas están mucho más dispuestas a leer sobre erotismo que a practicarlo, así que inicia la redacción de su novela La Sociedad Juliette, la cual anuncia como la entrada a un serial literario. Este libro es el que presentó Sasha Grey en la FIL, provocando un alud de medios y visitantes en su evento, donde declaró que ella es una representante de su generación, una voz que deja claro que: “Las mujeres tienen el poder”.
Desde tiempos ancestrales, el sexo ha sido un medio de ascenso social, numerosas son las historias de hombres y mujeres ostentando sus encantos, habilidades o secretos sexuales, para seducir a l@s poderos@s. En el siglo XX, los medios de comunicación masiva abren este mercado con una fuerza sin precedentes, los impresos y las pantallas no solamente se convierten en las vías regias del entretenimiento, sino también en catálogos para que l@s poderos@s conozcan que placeres tienen a su disposición. Esto crea las condiciones para el binomio fama-poder. Al paso del tiempo la oferta se hace excesiva, por tanto, las oportunidades de acceso a los impresos o a las pantallas se reduce, así cobran fuerza industrias alternas que eran marginales previamente, entre las cuales se encuentra la cinematografía pornográfica. Se abre para las estrellas porno una puerta antes vedada y logran ingresar a la fama, quizá la figura más emblemática de este camino es Sylvester Stallone. No conozco las tribulaciones que llevaron a Sasha Grey al mundo porno, pero todo parece indicar que desde un inicio lo visualizó como una escalera a los escaparates globales, de esta manera si se hace representante no de una generación, sino un fragmento generacional dispuesto a cualquier cosa con tal de alcanzar la fama. Esto ha creado, como mostré anteriormente con las cifras, un exceso de oferta en el universo porno, por tanto, cabe preguntarnos por la siguiente industria lanza- “talentos”.
La sombra de Grey cayó sobre Vargas Llosa, quien de esta manera se hizo víctima de lo que él mismo denominó la Civilización del espectáculo, concepto que propuso por primera vez en 2009 en un artículo en la revista Letras Libres  y que amplió a un gran ensayo que se publicó como libro en 2012. En un resumen muy puntual, retomo las que considero las ideas centrales expuestas por el escritor peruano en el 2009 con respecto a las bases de la Civilización del espectáculo:

  • El bienestar posterior a la Segunda Guerra Mundial y la escasez de la posguerra.
  • La democratización de la cultura.
  •  El estilo light en las artes.
  • La desaparición de la crítica cuyo vacío llenó la publicidad.
  •  La exaltación de la música como signo de identidad.
  •  La masificación.
  •  La generalización del consumo de las drogas.
  • El laicismo.
  •  El eclipse de “el intelectual”.
  •  La banalización de la política.
  • El dominio del sexo sobre el erotismo.
  • El amarillismo periodístico y la promoción de la información como entretenimiento.
  • La fascinación por las catástrofes.

Es importante aclarar que Vargas Llosa no considera todos estos puntos como negativos, sin embargo, como él mismo afirma al final del artículo, se muestra pesimista ante esta era de Occidente que nos ha deparado el privilegio de convertir el entretenimiento pasajero en la aspiración suprema de la vida humana y el derecho de contemplar con cinismo y desdén todo lo que aburre, preocupa y nos recuerda que la vida no es sólo diversión, también drama, dolor, misterio y frustración.
La última novela del Nobel de Literatura 2010, se llama El héroe discreto, al menos en la FIL, fue empañado por La heroína exhibicionista. Al parecer, actualmente (y quizá en toda la historia de la humanidad), las batallas en la cama son más populares de que las sociales, políticas o las del espíritu.
Sasha Grey nos trae un mensaje desde el más acá, muy similar al que transmitió el actual presidente de México en la FIL del 2012, cuando se hizo el protagonista de la Feria con su dificultad para encontrar el título de tres libros: Más vale guapo conocido, que feo por conocer. Ya no importa tanto el contenido de lo que se escribe, sino la historia y la imagen de quien lo escribió. Por mi parte, les dejo a los anémicos de erotismo el libro de Sasha Grey y continuaré leyendo la maravillosa novela de Laura Restrepo, Hot Sur, cuya protagonista, María Paz,  nos muestra en su relato en primera persona, los costos que tiene para el gran porcentaje de la población mundial, el pretendido estado de bienestar.


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